Shabat Ekev
10-11 de Agosto 2012 – 23 Av 5772

Parashá Ekev/”Seguidamente (o talón)”

Por Baruj Ben Abraham


Moshé continúa su discurso final a los Hijos de Israel, prometiéndoles que si cumplen los preceptos de la Torá, van a tener prosperidad en la tierra que están a punto ya de conquistar y de establecerse, cumpliendo así la promesa de D.ios a sus patriarcas.
Moshé también les advierte recordándoles los errores de la primera generación como pueblo, como en lo sucedido con la idolatría del Becerro de Oro, la rebelión de Koraj, el pecado de los espías, su incitación contra D.ios en Taveerá, Masá y Kivrot Hataavá; "Tú has sido rebelde contra Di-s," les dice, "desde el día en que te conocí".
Sin embargo, también habla del perdón Divino y de las Segundas Tablas de la ley que D.ios escribió y luego les entregó después del perdón Divino..
Los 40 años en el desierto, les dice Moshé, durante los cuales D.ios los alimentó a diario con el Maná del cielo, fueron para enseñarles que "el hombre no vive solo de pan, sino de la palabra de D.ios vive el hombre".
Moshé describe la tierra a la que van a ingresar como una tierra en la que "fluye leche y miel", una tierra bendecida por las siete especies (trigo, cebada, uva, higo, granada, oliva y dátil), como el lugar que es el foco de la Providencia Divina en el universo. Los manda a destruir los ídolos de los habitantes anteriores de la tierra, y a ser cuidadosos de no volverse soberbios y creerse que "mi poder y la fuerza de mi mano me dieron esta riqueza" y olvidar así El que es la fuente de toda riqueza.
Un pasaje clave de esta sección es el segundo capítulo del Shemá, que repite los preceptos fundamentales enumerados en el primer capitulo del Shemá y describe la Bendición Divina por observar los preceptos de D.ios y hambruna y exilio por incumplirlos. En esta parashá tenemos del precepto de rezar e incluye una alusión a la resurrección de los muertos en la Era Mesiánica.

En muchas circunstancias, la Halajá requiere que recitemos bendiciones. Pero si la gran mayoría de bendiciones son ordenadas derabanán (por los rabínos), una de ellas está explícitamente impuesta por la Torah: El Birkat Ha-Mazon.

Esta escrito en nuestra parashá: "Y el Eterno te conduce a una tierra de abundancia (...) un país que produce trigo y cebada, uvas, higos y granadas, aceite de oliva y miel (...) Podrás disfrutar de estos bienes, te saciarás y luego agradecerás al Eterno tu D.ios la buena tierra que te ha dado "(Devarim 8, 7-10).
Con estas palabras, la Torah nos ordena dar gracias a D.ios después de que estemos saciados de los productos de esta tierra. Por tradición, sabemos que sólo el pan que es el producto de los dos primeros de estos alimentos arriba mencionados - trigo y cebada - es capaz de saciar. Es por esta razón que la obligación de dar gracias a D.ios sólo se produce tras el consumo de pan en cantidades capaces de saciar.
El fundamento de la bendición se refiere a nociones de una inmensa profundidad, solo está al alcance de los grandes sabios de penetrar los conceptos poderosos y los secretos inconmensurable del Birkat Ha-Mazon"(ver Sefer Ha-Jinúj Mitzva nº430).
A nuestro humilde nivel, sabemos que D.ios es el Bien absoluto; pero la perfección de este Bien implica que El debe hacer beneficiar a los demás, sino el Bien sería incompleto, por decirlo así. Este es el objetivo básico de todo ser existente: porque el Bien expande forzosamente el Bien, era necesario que naciera un “receptor “que captara esta emanación del Benefactor Absoluto. Este flujo de riqueza, de beneficios, no es otra cosa que el significado de la palabra "bendición". Es en este sentido que la Torah comienza precisamente por la letra Bet - la primera letra de la palabra berajá, indican nuestros Sabios - porque es por este principio básico que nació todo ser creado.
Dicho esto, cuando un hombre pronuncia una "bendición", se refiere a este orden de cosas sobre el cual se construye/sostiene el mundo. Sin embargo, citando una bendición, no se trata sólo de recordar estos principios, bajo el pretexto de fortalecer nuestra emuná. Porque en realidad, testimoniando que Dios es la Fuente del bien y dándole las gracias por su generosidad, se suscita para uno mismo este flujo de beneficios. En otras palabras, la fórmula de una bendición consiste en dos etapas: el reconocimiento de D.ios como la Fuente de toda bendición y el darle las gracias por todo ello .Es la conciencia de estos dos puntos, que atrae hacia sí-mismo las bendiciones divinas. Para el Sefer Ha-Jinúj es sobre esta base que se escribió el "matbéa" - el modelo - de todas nuestras bendiciones. Como sabemos, algunos de ellas comienzan con la palabra Baruj, otras concluyen con esta palabra, y otras la mencionan tanto en el comienzo como en el final.
De hecho, cada vez que uno está solicitando este flujo celeste llamado bendición, siempre hay que recordar Quien es el origen, y darle gracias por sus bondades. Y esa es la única manera que podemos tener esperanza de recoger este bien. Es por eso que, según las circunstancias, debe recordarse, en primer lugar que el Creador es la fuente de nuestro bienestar - de ahí la palabra Baruj que inicia la mayor parte de las bendiciones - y de concluir a menudo por la misma expresión, para recordar que cualquier solicitud dirigida al cielo depende exclusivamente de nuestra capacidad de reconocer la Fuente.

 

                                                                      Shabat Shalom
                                                                        Baruj ben Abraham
                                                                      A.C.I.V. Les Escaldes ANDORRA

 


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